06 Dic Razones de peso para cuidarte en diciembre
Tal vez cuando escuchas que debes comer con moderación, cuidar tu peso, revisar las etiquetas, hacer ejercicio piensas que es gente exagerando o que está tan inmersa en esos temas, que pierde objetividad y quiere que la gente a su alrededor piense igual, porque no es algo sencillo.
Pero qué sucedería si te damos razones de peso para cuidarte, si lo vemos objetivamente desde un punto clínico y además te proponemos algunos puntos para comenzar sin desfallecer en el intento. Debes tener en mente que no todo se trata de cuánto comas, sino de la calidad y frecuencia con la que consumes ciertos productos; también influyen otros factores como la edad, tiempo de activación física, genética y entorno, pero puedes tomar el control de aquello que está en tus manos.
¿CÓMO AFECTA A MI CUERPO LA OBESIDAD?
La obesidad se presenta cuando alguien consume más cantidad de calorías de que en realidad necesita. El cuerpo almacena el excedente de calorías como grasa corporal y como consecuencia en kilos de extra.
Todo el cuerpo se encuentra conectado, lo que afecta a una parte, impacta en el resto. En especial, cuando estamos sobraditos en kilos. La obesidad merma la salud en general, desde las funciones reproductivas y respiratorias hasta la memoria y el estado de ánimo. También incrementa considerablemente el riesgo de padecer enfermedades como la diabetes, hipertensión y algunos tipos de cáncer.
¿CÓMO LLEGUÉ HASTA AHÍ?
La razón en la mayoría de los casos son hábitos poco saludables, pero no olvides el resto de los factores que influyen como la genética, que aun cuando no lo podemos cambiar, sí podemos tomar medidas preventivas para procurar un mejor estado de salud. Lo que sí puedes controlar son estos otros factores de riesgo:
- Cantidad insuficiente de sueño
Por difícil que parezca de creer, no dormir lo suficiente influye en tu peso. Algunos estudios lograron establecer la relación entre el sueño y la forma en la que el organismo convierte los nutrientes en energía. Dormir menos de lo que tu cuerpo requiere puede afectar las hormonas que controlan los impulsos de hambre, es decir, cuando duermes poco, por lo general tienes más hambre durante el día. También considera que, si duermes poco, tienes mayor oportunidad de comer más, por tanto, más calorías que difícilmente quemarás en el día.
- Estar estresado mucho y por largos periodos de tiempo
El estrés y el estrés crónico, aquél que permanece por mucho tiempo con la misma intensidad o que no tiene periodos de relajación, afectan al cerebro y desencadenan la producción de hormonas que controlan el equilibrio energético y los impulsos de hambre. Cuando el estrés se vuelve crónico, los cambios hormonales pueden hacer que la persona coma más y acumule más grasa.
No queremos decirte que debes renunciar, tal vez la solución está en buscar técnicas que te ayuden a identificar, controlar y disminuir el estrés en tu cuerpo. Recuerda que el estrés no sólo afectará tu peso, también puede dar pie a enfermedades más severas.
- Tiempos prolongados frente a la TV o sentado en general
Existe evidencia de que reducir tu tiempo sentado frente al televisor, por lo menos a la mitad, puede ayudar a controlar tu peso. De hecho, se recomienda que niños y adolescentes no estén más de dos horas expuestos al televisor. Considera que ver menos tele es una medida preventiva para mejorar tu salud general.
En lo estudios se concluye que las personas que reducen su tiempo frente al televisor, por lo menos a la mitad, lograron quemar más calorías comparado con quienes pasan tiempos prolongados sin actividad. Esto se puede trasladar no solo a ver televisión, sino a cualquier actividad que te requiera sentado o inactivo por mucho tiempo.
Los expertos tienen la hipótesis de que ver TV promueve la obesidad en muchas formas: es tiempo que no tendrás actividad física, se promueven alimentos que no nutren, tienes mayor oportunidad de consumir snacks poco saludables, incluso puede interferir con la calidad y cantidad de sueño, que a su vez afecta tu peso como lo comentamos renglones arriba.
Otros comportamientos sedentarios como el uso prolongado de computadoras o las horas en internet, videojuegos, estar sentado por largos tiempos en el trabajo, conducir aun no son sometidos a estudios, pero en general existe evidencia de que estar sentado en sí nos hace propensos a la obesidad, enfermedades crónicas e incluso la muerte.
¿CÓMO PUEDO CUIDARME?
En realidad, lo principal es estar consciente de tu situación e identificar los factores a los que estás expuestos para trabajar desde ahí. Estos son algunos puntos sencillos que pueden marcar una diferencia y no implican gran esfuerzo:
- Incluye más alimentos verdes en todo lo que comas
- Toma por lo menos 2 litros de agua
- Reduce el tiempo frente a la TV
- Haz pausas cada 2 horas en tu trabajo para estirarte o caminar por 15 minutos
- Estaciónate lejos de los accesos en plazas comerciales y supermercados, caminarás un poco más
- Prefiere las escaleras al ascensor
- Duerme por lo menos 7 horas
- Aprende a respirar y relajarte
En general, la obesidad disminuye la calidad de vida y aumenta el costo que tendrás que pagar por el cuidado de tu salud después. La buena noticia es que perder peso, por poco que sea disminuye ese panorama. Perder por lo menos de 5-10 por ciento de tu peso corporal te ayudará aun cuando no logres llegar a tu peso ideal. Nunca es demasiado tarde.
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